martes, 2 de febrero de 2010

Diferencial de tipos de interés

Uno de los indicadores más efectivos que existen a la hora de anticipar la dirección futura de la economía es la pendiente de la curva de tipos de interés. En un escenario de crecimiento económico sostenible, la curva de tipos debería presentar una pendiente positiva, reflejando un tipo de interés sensiblemente más alto para los plazos largos que para los de plazo más corto, por coherencia con el riesgo de cada activo ya que en la renta fija aumenta con el tiempo. Sin embargo a lo largo de la historia se han producido aplanamientos de la curva e incluso pendientes negativas y siempre que ha ocurrido este fenómeno durante un determinado número de meses consecutivos el resultado posterior ha sido una crisis o como mínimo un empeoramiento de los ratios económicos. Por lo tanto, el diferencial de rentabilidades a largo y corto plazo nos puede aportar mucha información y lo más importante es que habitualmente este indicador se adelanta a los movimientos de los mercados financieros como así ocurrió en 2007. Para el cálculo del diferencial, habitualmente se utilizan los rendimientos de los bonos a 10 años y a 3 meses, pero en esta ocasión voy a hacer una pequeña modificación con los tipos de corto plazo utilizando el precio de los fondos federales de la FED del interbancario, ambos datos como promedios mensuales y los compararé con el S&P 500 desde 1962.
En el gráfico se aprecia claramente como la continuidad de un diferencial de tipos negativo predice perfectamente la siguiente tendencia de los mercados. Durante la burbuja tecnológica, en pleno auge del mercado, el spread negativo comenzó en mayo del 2000 cuando el S&P 500 cerraba en los 1421 puntos, muy cerca del máximo en cierres mensuales de agosto. En julio de 2006 el diferencial volvió a ser negativo durante 19 meses consecutivos y el resultado final fue la segunda mayor caída de la historia. Incluso antes de la famosa crisis del petróleo de 1973 el diferencial de tipos negativo comenzó en marzo, 7 meses antes del estallido que hizo caer al S&P 500 cerca del 50% desde los máximos previos. De todas las crisis vistas hasta ahora desde 1962, la única en que los diferenciales de tipos no fueron capaces de avisarnos fue la del Crash de 1987.
Una consideración a tener en cuenta, es que actualmente, con los tipos de interés tan bajos, hay cierto miedo en el mercado al inicio de las subidas por parte de los bancos centrales ya que se tiende a pensar que las subidas de tipos son malas para el mercado de acciones. Aunque históricamente ha habido periodos en la que las subidas de tipos han afectado negativamente a las cotizaciones, no tiene por qué ser así necesariamente siempre y cuando la economía tenga la capacidad de asimilar la subida mediante una inflación moderada y un crecimiento estable. Por eso, en lugar de temer una subida del precio del dinero es más efectivo evaluar el diferencial de tipos ya que éstos son independientes del precio del dinero y nos aporta la verdadera información que el mercado nos lanza sobre sus expectativas de crecimiento.
A nivel operativo, el spread de tipos puede ser utilizado como generador de señales de compra y venta, siempre pensando en carteras de muy largo plazo. Cerraríamos las posiciones de renta variable (total o parcialmente) cuando éste pasa a negativo de forma continuada durante un periodo de 6-9 meses y suele indicar excelentes señales de compra cuando vuelve a pasar a positivo de manera consecutiva durante un periodo entre 12 y 15 meses.

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