lunes, 23 de marzo de 2009

El efecto devastador de la inflación

Desde hace algún tiempo, son muchas las voces que alertan sobre una nueva etapa hiperinflacionista a medio plazo, derivada de las enormes cantidades de capital que bancos centrales y gobiernos de todo el mundo están inyectando al sistema para reducir los efectos de la actual recesión. Todos somos conscientes que la inflación deteriora nuestras rentabilidades, ¿pero hasta qué punto?. Para ilustrarlo veamos el gráfico del Indice General de la Bolsa de Madrid (IGBM) utilizando el cálculo base 1940 (diferente al actual basado en 1985) comparado con el mismo índice pero deflactado, es decir, descontando el IPC anual. La escala es semilogarítmica y los porcentajes corresponden a la tasa de retorno anual desde el inicio.

Partiendo de 1940, lo que en un principio parece una rentabilidad magnífica a largo plazo (línea roja) se convierte en una clara decepción (línea azul). Evidentemente eligiendo como inicio otro año los resultados podrían ser mejores, pero la intención es mostrar como la inflación se ha comido por completo la rentabilidad de un índice que en 1940 valía 100 y al cierre del 2008 valía 17.272 puntos. En la tabla adjunta podemos ver una muestra en diferentes momentos de la historia donde se muestran las rentabilidades brutas comparadas con las reales descontado el IPC.


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Desde mediados de los años 90 hemos disfrutado de una baja inflación, lo cual ha coincidido con el mejor periodo alcista en la historia de la bolsa, pero esa misma historia está plagada de momentos inflacionistas. El promedio anual de la inflación en España desde 1940 hasta 2008 ha sido del 7,85%, un promedio realmente alto si lo comparamos con las rentabilidades que históricamente otorgamos a la renta variable. El caso de la bolsa española, a pesar de nuestra historia particular, no es muy diferente del de otros países en cuanto al efecto de destrucción de capital.
La inflación, o mejor dicho el exceso de inflación, es uno de los mayores temores del sistema capitalista y los datos aquí expuestos así lo demuestran. No es casualidad que el Banco Central Europeo tenga como único objetivo, reflejado en su acta de constitución, el control de la inflación (pilar fundamental en la llamada política monetaria) por encima incluso del principio de crecimiento económico.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Guau. Había leído que la inflación se come los ahorros de los pobres, etc., pero este gráfico es demoledor.

Algún otro gráfico que vi por ahí indicaba que el poder de compra de un dolar en 1900 ahora es de 0,01 o algo así.

La pregunta es: si se presenta la hiperinflación, ¿cómo guardar al menos parte del valor de nuestros ahorros?

Sandman dijo...

Si al final todo esto provoca una subida de la inflación dependerá si el sistema a vuelto a la normalidad y las empresas son capaces de repercutir la inflación a los clientes y éstos de pagarla, si es así la bolsa puede ser la única alternativa. Desde luego, los bonos y el efectivo serían la peor solución posible.